Reglas y leyes
Conflictos familiares Mis padres ejercían un control férreo sobre mi persona. Querían evitar la vergüenza familiar. La hermana de mi padre había sido mancillada. Embarazada antes del matrimonio. Preñada. Empaquetada. La tía de papá había sido a usada. Él decía que se aventó. Se fue a Zaragoza. Se fue o la echaron de casa. Lo más seguro. Acabó casada y en Argentina. Papá perdió la comunicación por carta. Le devolvieron la última. Él había quedado huérfano de madre a temprana edad. El abuelo lo había sacado de la escuela ‘a comer pan de aguces’, en palabras de papá. De boyero. Durmiendo en la paja. Esa era su vida antes de la guerra civil. El ‘amo’ mandaba sobre él, y el padre, mi abuelo, cobraba su jornal. Cuando enterraron a su madre no le dejaron asistir al funeral, ni al entierro. Papá era el primogénito. La hacienda era de su madre. Él era heredero legítimo, su padre tenía el usufructo de campos y vivienda. Por ley, en Aragón, no habiendo hijos varones, la mayor heredaba. Mi abuel